La catártica furia de The Murder Capital sacudió la sala Copérnico de Madrid
Quizá se debiera a que el concierto coincidió con un puente largo en la capital. Tal vez a que la música internacional va perdiendo atractivo entre el público español —al menos en el ámbito alternativo—. O tal vez fue ese misterio insondable que, más allá de campañas promocionales, lleva a unas bandas a dar saltos prematuros a salas como La Riviera o el WiZink Center, mientras que otras similares se quedan relegadas a recintos menores. Puede, por supuesto, que fuera una combinación de todos estos factores. El caso es que, sorprendentemente, la sala Copérnico no alcanzó el lleno y la impresión era que el público presente era mayoritariamente irlandés —copando las primeras filas caras conocidas de la banda en ellas— y buena parte del resto del recinto. En cualquier caso, quedémonos con lo positivo: pudimos disfrutar de un bolo de altura en la cercanía e intimidad de una sala pequeña, y con toda la comodidad posible. La banda se entregó por completo, como siempre, y el sonido fue impe...