Sobre La Rosa de los Vientos


La semana pasada llegó a mi pantalla un correo electrónico de mi amigo Gonzalo Visedo, insomne y, como consecuencia, adicto a la radio nocturna en el que incluía un texto de homenaje a este medio que tanto le acompaña en las noches de vigilia y, en particular, a un programa, "La Rosa de los Vientos", que acaba de perder a su presentador por un infarto a los 41 años. Triste noticia el deceso de alguien tan joven y, por lo que he podido leer de Gonzalo, una gran pérdida para el medio.
Curiosamente yo, que también padezco el mismo mal de Gonzalo, nunca aprovecho o utilizo la radio para matar ese tiempo detenido entre las sábanas y, tras leer este hermoso obituario (aunque Gonzalo rechaza este término por los excesivos tintes autobiográficos que suelen aportar) no puedo sino lamentar el no haber aprovechado algún momento para haber escuchado algún programa. Normalmente paso esas horas mirando al techo, dándole vueltas a la cabeza, a veces paseando por la casa y, dejando que los nervios afloren ante la proximidad del alba y la certeza de que esa noche no voy a conseguir dormir. Qué cruel paradoja, el tiempo se detiene y corre al mismo tiempo.
Pero no quiero restarle protagonismo al magnífico artículo que no voy a reproducir aquí. Tan sólo un par de párrafos para que os hagáis una idea y el link donde podréis acceder a él.
INTERRUMPIMOS LA EMISIÓN

Para el que no lo sepa, la Rosa de los Vientos es un círculo que tiene marcados alrededor los rumbos en los que se divide la circunferencia del horizonte. Su sola observación invita a viajar, o soñar con viajar, hacia ese horizonte, siguiendo la estela de algún barco, de aventureros pasados.
(...)
La radio es y será, aparte de muchas cosas, un recurso para los insomnes de mi calaña, gente rarita que se tumba en la cama y no consigue cerrar un ojo; los libros, los cómics, las pelis, pero muy en especial la radio, son el sostén que evitan a uno sentirse el tipo más solitario del mundo cuando el resto duerme a pierna suelta (...)
Hace unos años, un buen amigo que se perdió por amor en un país lejano y exótico, me hablaba con pasión de “los Pasajes de la Historia”, unos relatos radiofónicos que narraban distintas épocas de la Historia, o de personajes que la poblaron. Este amigo se los bajaba de Internet (un avanzado) y los llevaba camino del trabajo, mientras otros iban al compás del mejor ritmo. No era un amigo que necesitase más cultura, porque siempre la tuvo, pero la voz del hombre que contaba esas historias, y la forma como lo hacía, le tenían subyugado. Ese hombre se llamaba Juan Antonio Cebrián, tenía un programa nocturno que se llama “La Rosa de los Vientos”, donde se habla de muchos y variados temas, entre ellos esos Pasajes de la Historia (...)
DEVOLVEMOS LA EMISIÓN
No quiero seguir pegando párrafos con los que sólo conseguiré desvirtuar el maravilloso escrito de Gonzalo que podéis leer en versión original, si os registráis en Facebook, en el perfil de Gonzalo Visedo; en el original blog de Eugenia Chamorro en versión "editada": http://cajoneradesastre.blogspot.com/2007/10/fuerza-y-honor.html
En él, además, podréis leer algunas críticas de cine a cargo de otro maestro de la pluma (hablamos de talento literario y no de orientación sexual) como es Oscar Blanco y las originales entradas de Eugenia, con especial mención a la sección La Saga de los Jinetes.
Por último, si fuera necesario, contacad conmigo y os lo envío.
Vale.

Comentarios

Suzette ha dicho que…
Cada día me gusta más tu blog.
;-)

Entradas populares de este blog

El Espíritu de los Tiempos ¿Moda, Tendencia o Permanencia?

Nikko, el primer contacto con el Japón tradicional