Nikko, el primer contacto con el Japón tradicional

Como avanzo en el título de este post, Nikko representa el primer verdadero encuentro del viajero con el Japón medieval de los samuráis y los shogunes. Eso siempre dependiendo del orden del viaje, claro está. En cuanto al término medieval, está escrito en cursiva porque hay que tener en cuenta una de las principales peculiaridades del país del sol naciente: el mantenimiento del régimen feudal hasta bien entrado el siglo XIX.

Llegamos a Nikko un martes, dos días y medio después de haber aterrizado en el país, aprovechando que se trata de una de las excursiones para hacer en un día desde Tokio puesto que se encuentra a unas dos horas de tren. El pueblo en si no tiene gran cosa, es apenas una calle con cierto encanto pero sin apenas nada destacable. Otra cosa es el magnífico e impresionante conjunto de templos, todos Patrimonio de la Humanidad, que allí se encuentra en el bosque aledaño a la ciudad. Algunos podrían aspirar a entrar en el selectivo grupo de las 8 Maravillas del mundo. Aún quedaba mucho por ver en nuestro viaje y muchas cosas más nos impresionaron de igual forma sin que por ello podamos decir que Nikko se encuentra entro lo mejor del país.

Pero en Japón siempre hay algo más y Nikko, desde luego, no es una excepción. Siempre hay algo más que ver, algo más por descubrir y, por ello, merece la pena el esfuerzo de subir 10 Km. por la montaña (en autobús, eso sí) y disfrutar de las vistas que ofrecen en Chuzenji-Ko el hermoso lago y la modesta (según la lonely planet) cascada de 97 metros. Hay un teleférico que sube algo más y ofrece unas vistas espectaculares de ambos lugares. Lamentablemente no pudimos hacerlo pero aún así disfrutamos la excursión.

Lo peor de la visita fue el viaje en el expreso regular (para entonces aún no habíamos activado el Japan Rail Pass que da acceso a los trenes bala) que se hace bastante pesado. Fue, sin duda, el viaje más incómodo de cuantos realizamos a lo largo de las tres semanas (y fueron unos cuantos): la eterna locución en japonés que te avisa de cada parada y, supongo, contará con detalle la historia de cada localidad en la que se detiene el tren pues la voz es continua y machacona. Esta es, precisamente, otra característica de los japoneses: parecen relatar la historia de la humanidad cada vez que hablan a juzgar por la cantidad de fonemas que llegan a emitir. Un torrente de palabras en cada conversación tal y como pudimos comprobar de forma mucho más directa un día después, durante el mencionado rodaje de la película en Ginza. Como le ocurriera también a Bill Murray en "Lost in Translation", las interminables parrafadas que se marcaba el director al intentar transmitir sus instrucciones eran acompañadas de apenas dos frases en inglés por nuestro traductor, ya que apenas hablaba el idioma.

Vicisitudes del expreso regular al margen, la verdad es que la excursión a Nikko es una de las actividades imprescindibles a realizar en Japón. Si, al final, le añades una visita nocturna al templo de Senso-Ji en el barrio de Asakusa, donde se encuentra la estación de tren, y lo acompañas de una excelente y nada cara cena para rematar el día, uno se acuesta con la hermosa sensación de estar disfrutando de un viaje inolvidable. Y eso con todo lo que quedaba por delante.



Comentarios

Stan Mochales ha dicho que…
Puedo decir sin temor a equivocarme y después de haber estudiado pormenorizadamente el periódico del día en el que se da la información sobre el terrible huracán que amenaza las costas del Caribe, así como de la caída de uno de los grandes bancos de inversión de Estados Unidos y del, cómo no, gran inicio de temporada en la Liga de Fútbol española del Español de Barcelona, que su post de Nikko está bien.
Yago ha dicho que…
Me alegra sobremanera que así se lo parezca... mi navegador no muestra ni el banner de Intermón ni dos de las fotos del post... espero que vds. sí lo puedan ver...
Gonzalo Visedo ha dicho que…
Debo decirle que no se ven las fotos, una pena no ver esas vistas.
Ayyyyyyyyyy Bill Murrai

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